A nuestra Asociación nos llega el siguiente Artículo.
Artículo: Adopción con Necesidades Especiales
Niños
y niñas que hacen especiales a sus familias
¿Tienen que ser estas familias especiales? La experiencia nos dice que no hay duda que así es. La clave no está en que lo sean, sino en que “se hacen especiales” al ofrecer el que la mayoría de familias dan a sus hijos. No se tan importando qué saben o pueden hacer, ni lo qué han hecho al pasado, sino el que están dispuestas a ofrecer. Aprender mientras se hace camino y dejarse ayudar cuando las situaciones lo requieren.
La adopción es básicamente una forma específica de crear una familia. Podemos adornarlo con argumentos y las justificaciones diversas, pero en definitiva no es ni más ni menos que eso: la forma en que un niño/a llega a una familia. Nos parece fundamental recordar que el eje de la adopción es el niño, son los niños los que tienen derecho a tener una familia. La adopción no es la manera de solucionar un problema de fertilidad o una voluntad de paternidad, sino que es una medida de protección de la infancia abandonada, de su derecho a tener una familia, y la obligación de las administraciones (o de la sociedad, en un sentido más amplio) es dar respuesta a ese derecho.
Es por ello que, a partir del encargo de la administración, centramos nuestros esfuerzos en buscar, seleccionar, formar/orientar y preparar familias que quieran y puedan ser referentes para estos niños y niñas. Muchos de ellos, todo y haber vivido situaciones muy desfavorables, pueden sobreponerse y crear nuevas identificaciones y relaciones que le ayuden en su desarrollo personal. Y creemos que ello es más probable si se les facilitan nuevos vínculos afectivos fuertes y estables. La adopción actúa en gran medida como un proceso reparador o compensador de las carencias que estos menores han tenido en su vida.
Podríamos suponer que para ser madre o padre bastaría con el amor, la dedicación, la comunicación, la disponibilidad,… pero en la adopción, y particularmente en la adopción de niños/as con necesidades especiales, esto no es suficiente, se requieren otras habilidades para las que es importante prepararse. Paciencia, perseverancia, serenidad, exigencia según sus posibilidades, reconocer su dolor, emplear la reflexión, la palabra, reforzar la pertenencia, saber que todo no se puede cambiar, pedir ayuda profesional, saber cuidarse para poder cuidar, etc. Y en el caso concreto de la AMC además hacer frente a todo un conjunto de gastos “médicos”, terapéuticos, etc, que en estos momentos no cubre nuestro sistema socio-sanitario.
Por otra parte será también importante acomodar las expectativas. Que estas sean realistas, si puede decirse así. Ni muy elevadas que generan frustración, ni muy bajas que dificultan o paralizan el avance y los nuevos aprendizajes. Necesitarán de altas dosis de flexibilidad y tolerancia para aceptar a los hijos tal cual son. Flexibilidad para adaptarse a sus tiempos, transmitirles incondicionalidad en los afectos que ayuden a crear el apego necesario para sentirse seguros y avanzar juntos. Y todo ello sin olvidar que sufrieron un abandono, algunos de ellos por el hecho de ser “especiales”, y que ese abandono habrá dejado una huella, una herida que los padres pueden ayudar a minimizar, a curar en parte, pero que siempre estará ahí.
Es por esto que buscamos familias que (todavía) no saben que pueden ser especiales para un niño o niña también especial. Dispuestas a ofrecer el mejor que tiene el ser humano, que no es otra cosa que nuestra capacidad de amar. Y estar dispuestos a reconocer que, por mucho que puedas darle tú, él o ella siempre te dan más.
Emilio Mercader Sepúlveda
Educador social del Equipo
de Adopciones de Niños/as con Necesidades Especiales de la Fundació IReS. Ha
trabajado más de 20 años con infancia maltractada en diferentes centros
residenciales de acción educativa y equipos de acogimientos y adopciones.
* IReS. Institut de Reinserció Social. Tlf:93 320 92 15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en este blog